Muchas veces pensamos que hay cosas de nuestro entorno, que siempre han estado ahí, y no recordamos como era nuestra vida antes de que aparecieran.

A mi me ocurre con muchas herramientas informáticas que utilizo habitualmente, de las que tengo la sensación que llevo toda mi vida usando, me ocurre por ejemplo con el programa Excel, que a pesar de que parece que ha estado siempre ahí, su aparición es relativamente reciente. No fue hasta 1985 que Microsoft publicó la primera versión de Excel para Mac, y hasta 1987 que no llegó la primera versión de Windows, además hay que tener en cuenta que su comercialización como paquete office no llegó hasta 1993.

Utilizo el Excel para casi todo en mi vida, incluso en el ámbito personal, y debo reconocer que me resulta más fácil hacer una tabla dinámica que sintonizar canales en mi televisor.

Trabajo en el ámbito del marketing, y a veces me gusta recordar como trabajaba antes de la “era Excel”, antes los emailing (que se realizaban por correo postal) se enviaban y se personalizaban a mano, había tropeles de becarios y “voluntarios” de otros departamentos ajenos al comercial, personalizando, ensobrando y enviando el “carteo” comercial, que luego se llevaba a correos en grandes cajas de folios, se tardaban horas o incluso días…., posteriormente se establecía el contacto telefónico, para hacer esta labor se repartían entre los teleoperadores listados en papel en los que iban apuntando los resultados de las llamadas y las fechas de posibles citas (así era nuestro CRM), listados que diariamente se ponían en común para calcular el cumplimento de los objetivos .

Previamente nos habíamos pasado días trabajando en la segmentación del target, extrayendo “ a mano” de las páginas amarillas uno a uno los datos de los clientes en listados infinitos.

Los márgenes comerciales se obtenían con calculadoras solares y con la inestimable ayuda de un recuento digital debajo de la mesa.

Preparar, lanzar y analizar una campaña suponía semanas…

Y aunque me gusta recordar estas escenas del pasado a menudo, porque me ayudan a encontrarme con el origen y el porqué de las cosas, no me dejo llevar por el romanticismo y mi conclusión siempre es la misma, tener la oportunidad de trabajar con herramientas que ahorran tiempo, mejora mi vida.

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